Existe una amplia evidencia empírica para Argentina que indica que los jóvenes experimentan, en promedio, mayores tasas de desempleo y mayor precariedad laboral que los adultos. Sin embargo, más escasos son los estudios económicos que focalizan sobre la inestabilidad laboral de los jóvenes analizando la intensidad de la misma, sus características y la posible heterogeneidad al interior de este amplio conjunto de individuos.