La 39ª RCT se llevó a cabo en un escenario de crisis económica y social de alcance mundial, que trajo como consecuencias, entre otras, la pérdida de millones de empleos y la quiebra de empresas, en particular de las más pequeñas; previéndose, además, que el desempleo seguirá aumentando, que la pobreza y el empleo informal se incrementarán y que millones de jóvenes estarán tratando de acceder al mercado de trabajo.