<p>Las inequidades de género no son novedosas en el mundo del trabajo, pero persisten en la actualidad y conspiran contra el trabajo decente de millones de trabajadoras. Sin embargo, esta discriminación comienza mucho antes de su ingreso al mercado laboral: a veces es en el momento de la formación cuando las mujeres son constreñidas, desde el momento de la elección de sus estudios, a mantenerse dentro de determinados nichos ocupacionales que se consideran naturales a su sexo. En este sentido les toca a las instituciones de formación profesional romper los estereotipos.